Ya he hablado en otro artículo anterior del
cultivo del cacahuete, cacahuate o maní, por lo que una vez conocida
la forma de producción, es preciso saber cuando es el momento más
adecuado y la forma correcta de proceder con la recolección.
Como en otros cultivos, la señal inequívoca
de que la maduración de los frutos está llegando a su fin, es el
cambio de color verde a marrón de la planta, debido fundamentalmente
a la muerte de ésta. Si la parte aérea de la planta se mantiene
sana y no cambia de color, es conveniente retrasar la recolección,
ya que así una mayor cantidad de frutos completará su formación, y
con ello, aumentamos la cosecha.
El caso del cacahuete es muy curioso, ya que
como la emisión de flores es continua a lo largo de su ciclo
productivo, en la misma planta podremos encontrar flores abiertas y
frutos prácticamente maduros o incluso con semillas germinadas.
Por eso es fundamental seguir la recomendación dada en el párrafo anterior. Y a pesar de todas las precauciones que se tomen, encontraremos frutos inmaduros, a los que no les ha dado tiempo a madurar correctamente.
Por eso es fundamental seguir la recomendación dada en el párrafo anterior. Y a pesar de todas las precauciones que se tomen, encontraremos frutos inmaduros, a los que no les ha dado tiempo a madurar correctamente.
El momento adecuado para proceder a la
recolección será aquel en el que si presionamos una legumbre entre
los dedos, la cáscara se divide en dos sin mucha dificultad.
Normalmente el momento de recolección
coincidirá con mediados de otoño, pudiéndose adelantar o retrasar
en función de fechas de siembra, variedades y sobre todo,
condiciones climatológicas.
Si la recolección se demora, podemos encontrarnos frutos que han germinado debido a las condiciones de humedad y temperatura propias de la época.
La manera de cosechar los cacahuetes dependerá en gran medida del tipo de suelo que tengamos. Si es arenoso o suelto, con el arranque de la planta mediante un tirón será suficiente y no habrá casi pérdidas de frutos. Si lo que tenemos es un suelo fuerte y compacto, habrá que ayudarse de una azada, pues sino, podríamos quedar muchos frutos en el terreno.
Una vez tengamos las plantas fuera del
terreno, se sacudirán suavemente para separar toda la tierra posible
de los frutos, pero con cuidado de que no se desprendan dichos frutos
de la planta. A continuación, se tenderán en el terreno para que se
sequen, cambiándolos de posición a los dos o tres días para
permitir que la pérdida de humedad sea homogénea. Si lo hacemos a
primera o a última hora del día mejor, ya que al tener un poco de
humedad la planta, no se separarán fácilmente los frutos de ésta y
no tendremos tantas pérdidas.
Una vez secas las plantas, lo siguiente
sería recoger los frutos, pudiéndolo hacer a mano o sacudiendo las
plantas dentro de un cubo para que los cacahuetes caigan dentro. Es
conveniente proceder a un secado de los frutos por separado, así
evitaremos podredumbres indeseables que darían al traste con la
cosecha si se producen una vez está almacenada.
Los restos de las plantas se pueden dejar en
el terreno, ya que además de aportar materia orgánica, al tratarse
de una leguminosa, aportaremos nitrógeno.
Si las vainas están completamente secas, podremos oir las semillas dentro al moverlas.
El último y fundamental paso es disfrutar con el consumo de nuestra cosecha, degustando estos ricos frutos secos al natural o tostados.
Vídeo sobre la recolección del cacahuete (parte II)
Espero que sea útil este artículo y resulte
interesante.
Te remito además a MI CANAL DE YOUTUBE donde se pueden ver vídeos de temas
relacionados con el huerto, que espero sean de interés. (el enlace
está disponible en una de las pestañas de la parte superior del
blog).